Los equipos de rescate buscaban el lunes sobrevivientes bajo los escombros de Joplin, pequeña ciudad de Misuri (centro), transformada en "zona de guerra" por el paso la víspera de un devastador tornado que dejó al menos 116 muertos.
"Tres cuartas partes de la ciudad de 50.000 personas fue destruida por lo que aumentará (ndlr: el número de muertos)", dijo Christy Bertelson, portavoz del gobernador de Misuri Jay Nixon, a la AFP.
En total, unos 46 tornados golpearon el fin de semana siete estados del centro y norte de Estados Unidos, según el Servicio Meteorológico Nacional.
Pero Joplin, una ciudad situada a pocos kilómetros de Kansas y de Oklahoma, fue por mucho la más afectada.
Según la Agencia Atmosférica y Oceanográfica estadounidense (NOAA), la mayor cantidad de muertes por un tornado se registró en 1953 en Flint, Michigan, también con 116 fallecidos.
Los equipos de rescate trabajaban el lunes para tratar de "encontrar sobrevivientes" y prestar asistencia a la población, dijo a la NBC el jefe de bomberos de la ciudad, Mitch Randles, quien contó que él también perdió su casa.
Unas 1.150 personas estaban hospitalizadas el lunes en la región, según el diario local Joplin Globe.
Medios estadounidenses reportaron que se escuchaban los gritos de auxilio de personas atrapadas entre los escombros.
El presidente Barack Obama dirigió un mensaje de condolencia a los familiares de las víctimas desde su avión que lo llevaba a su gira europea, y aseguró que el gobierno federal está preparado para ayudar a los afectados por el desastre.
Las primeras imágenes de Joplin mostraron llamas y humo saliendo de casas irreconocibles y un helicóptero médico destruido entre los escombros de una clínica que tuvo que ser evacuada.
Según funcionarios estadounidenses, casi un tercio de la ciudad se vio afectada por el tornado, un monstruo con ráfagas que alcanzaron los 320 km/h y que dejó una estela de destrucción 6,4 km de largo y más de un kilómetro de ancho.
"Es tan devastador que en este momento no alcanzamos a entender" qué pasó, dijo a la AFP Rob Capilla, un médico forense del condado de Jasper, donde se encuentra Joplin.
"Parece una zona de guerra", dijo Scott Meeker, reportero de The Joplin Globe, quien agregó que el hospital local Memorial Hall fue "rápidamente desbordado" por el número de heridos que llegaban "por cientos", y por la falta de medicamentos o equipos.
"Una escuela se ha transformado en un centro" para los heridos, dijo.
Para borrar los daños y rescatar a las víctimas, el gobernador de Misuri, Jay Nixon, declaró el estado de emergencia y solicitó la intervención de la Guardia Nacional.
"La situación es peligrosa. Vemos imágenes de los postes eléctricos arrancados, casas destruidas por los árboles (...) Ésta es una advertencia a la gente: el peligro no ha pasado, la situación sigue siendo precaria", dijo el gobernador a CNN.
El sábado, un tornado mortal también golpeó duramente la ciudad de Reading, en el este de Kansas (centro), dejando un muerto. Otro tornado también causó la muerte de una persona el domingo en Minneapolis (norte), en Minnesota, e hirió al menos a 30 más.
En el transcurso de abril, los tornados que golpearon el sureste de Estados Unidos dejaron 354 muertos y enormes daños, lo que, de acuerdo con el balance acumulado, lo convirtió en el mes más mortífero en casi un siglo por esa causa.
Según los expertos, las repeticiones de estos tornados mortíferos no están relacionadas con el cambio climático.
"No vemos relación entre la evolución de las temperaturas mundiales o nacionales y el número de tornados", dijo a la AFP Harold Brooks, meteorólogo de NOAA.
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